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En una extraordinaria muestra de conflicto entre los poderes ejecutivo y judicial, el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, rechazó las peticiones de destituir a los jueces poco después de que el presidente Donald Trump exigiera la destitución de uno que falló en contra de sus planes de deportación.
La reprimenda del líder de la Corte Suprema demostró cómo la controversia sobre los recientes vuelos de inmigrantes venezolanos ha exacerbado las tensiones sobre el papel del poder judicial, con un caso legal que impugna las acciones de Trump que ahora amenaza con derivar en un conflicto de poderes constitucionales.
“Durante más de dos siglos, se ha establecido que el juicio político no es una respuesta apropiada al desacuerdo sobre una decisión judicial”, declaró Roberts. “El proceso normal de revisión de apelaciones existe para ese propósito”.
Esta inusual declaración se produjo apenas horas después de una publicación en redes sociales de Trump, quien describió al juez federal de distrito James E. Boasberg como un “alborotador y agitador” no electo. Boasberg había emitido una orden para bloquear los vuelos de deportación que Trump estaba llevando a cabo invocando las facultades de una ley del siglo XVIII en tiempos de guerra.
“¡NO GANÓ NADA! YO GANÉ POR MUCHAS RAZONES, EN UN MANDATO ABRUMADOR, PERO LA LUCHA CONTRA LA INMIGRACIÓN ILEGAL PUEDE HABER SIDO LA RAZÓN PRINCIPAL DE ESTA VICTORIA HISTÓRICA”, escribió Trump en su plataforma de redes sociales, Truth Social. “Solo hago lo que los VOTANTES querían que hiciera. ¡Este juez, como muchos de los jueces corruptos ante los que me veo obligado a comparecer, debería ser DEstituido!”
Aunque Trump ha criticado habitualmente a los jueces, especialmente porque limitan sus esfuerzos por ampliar el poder presidencial, su última publicación intensificó su conflicto con el poder judicial, que ha sido uno de los pocos frenos a su agresiva agenda. El impeachment es una medida poco común que suele adoptarse solo en casos de faltas éticas o penales graves.
La relación entre Roberts y Trump ha cambiado a lo largo de los años. Roberts enfatizó la independencia judicial durante el primer mandato de Trump, discrepando con la descripción que el presidente hizo de un juez que rechazó su política de asilo migratorio como un “juez de Obama” en 2018.
Antes de que Trump jurara su segundo mandato, Roberts advirtió contra las amenazas al poder judicial y exigió que se respetaran incluso las decisiones judiciales más impopulares.
El presidente del Tribunal Supremo también tuvo un papel destacado en un importante fallo del año pasado que declaró que los presidentes gozan de amplia inmunidad penal. Esta decisión ayudó a Trump a evitar uno de sus juicios penales antes de las elecciones que lo devolvieron a la Casa Blanca.
Trump saludó cálidamente a Roberts a principios de este mes, agradeciéndole y diciendo “No lo olvidaré” mientras los jueces asistían a su discurso ante una sesión conjunta del Congreso. Posteriormente, el presidente dijo que agradecía a Roberts por juramentarlo.
La última disputa relacionada con el poder judicial se produce después de que un tribunal impugnara su invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. Esta ley solo se ha utilizado tres veces en la historia de Estados Unidos, todas durante guerras declaradas por el Congreso. Trump proclamó que la ley había entrado en vigor recientemente debido a lo que él afirmó fue una invasión de la banda venezolana Tren de Aragua. Su administración está pagando a El Salvador para encarcelar a presuntos miembros de la pandilla.
Con información de AP.-