Miami bajo amenaza por cambio climático, según estudio

Imagen: archivo

Varios estudios científicos aseguran que el planeta Tierra sufre cambios climáticos y que Miami podría ser blanco de huracanes, entrada de mar y peligrosas inundaciones, a lo que las autoridades condal, estatal y federal responden con una serie de proyectos que necesitarían miles de millones de dólares.

La situación preocupa ante la disyuntiva de la existencia o no de un calentamiento global y la firma Architectural Digest nombra a Miami como la ciudad “menos preparada para el cambio climático” en el país.

El informe no especifica si se trata de Ciudad de Miami o el Condado Miami-Dade, aunque no son pocos los estudios nacionales que tienen en cuenta el nombre Miami como municipio cabecero de la zona condal.

Por ejemplo, el informe no menciona a Miami Beach, jurisdicción que sufre el peligro de una marejada y llevó a cabo un millonario proyecto de obras que elevó ciertas calles y mejoró la red de alcantarillado.

De cualquiera manera, la mayor parte de los asuntos relacionados con infraestructuras son competencia del Condado, el estado y el gobierno federal y no precisamente de los municipios.

Architectural Digest, que además de revista especializada en arquitectura y diseño interior cuenta con un experimentado equipo de analistas, plantea que el mayor problema de Miami “es la ubicación” geográfica porque “se encuentra esencialmente al nivel del mar y en un área del sureste de Florida altamente vulnerable a los huracanes”.

El informe plantea además que Miami “tiene una (buena) calidad de aire promedio y energía limpia, pero tiene, por mucho, el puntaje de riesgo más alto de cualquier ciudad en la lista, junto con uno de los puntajes de preparación más bajos”.

Esto significa que Miami carece de proyectos a corto plazo que corrijan deficiencias, como exposición del litoral de la ciudad al movimiento del mar.

La observación valora la disposición de las autoridades y cree que existe “poco apoyo del gobierno”, sea a nivel local, estatal o federal, lo que dificulta el esbozo y aprobación de proyectos y la asignación de los necesarios millonarios fondos.

Realidad

El estudio de Architectural Digest concluye que Miami “probablemente sea la primera ciudad en sufrir el aumento del nivel del mar” y que mientras tanto “sigue siendo un mejor lugar para visitar que para vivir”.

Para llegar a esta conclusión, la firma investigadora tuvo en cuenta varios factores “para cuantificar la resiliencia climática de una ciudad determinada utilizando fuentes de datos confiables”.

Por ejemplo, la investigación utilizó datos científicos del Censo nacional, datos meteorológicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y puntajes de riesgo y preparación de la Evaluación de Adaptación Urbana de la Universidad de Notre Dame.

No obstante, quienes se oponen a la idea del cambio climático, incluyendo un número determinado de científicos, creen que “el calentamiento global es un fenómeno natural”, aunque la mayoría de los estudios realizados en las últimas dos décadas apuntan al ser humano y a la contaminación ambiental como los principales culpables.

Proyectos

De hecho, la oficina de la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine-Cava, comentó a DIARIO LAS AMÉRICAS la ejecución paulatina de grandes proyectos principales:

Acción climática: Múltiples frentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Miami-Dade en un 50% para 2030, con el objetivo de lograr cero netos para 2050.

Aumento del nivel del mar: Cinco enfoques de adaptación que se pueden combinar según las necesidades y preferencias de una comunidad y la zona en cuestión:

Construir sobre relleno: levantar el terreno sobre relleno artificial.

Construir sobre pilotes cerca del mar.

Construir en terreno elevado cerca de tránsito, con nuevas edificaciones en áreas menos propensas a inundaciones a lo largo de los corredores de transporte público.

Greenways y Blueways: Expandir parques frente al mar y dejar espacio para canales en vecindarios más propensos a inundaciones.

Vecindarios verdes y azules: crear una red de pequeños espacios para que el agua de patios, calles y parques fruya mejor.

Sobre el calor y sus dañinos efectos el plan adicional de Miami-Dade busca abordar la carga económica y de salud que supone, y, al mismo tiempo, promover la promoción de empleos locales o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Este plan prioriza a las personas que están en mayor riesgo y aborda las desigualdades en las áreas del condado que han estado desatendidas en el pasado.

“Estamos enfocados en la implementación de grandes cambios necesarios”, señaló la alcaldesa de Miami-Dade.

“Construimos una comunidad resistente y preparada para el futuro al reinventar nuestro sistema de transporte, que los edificios sean energéticamente eficientes, hacer la transición a energía renovable y trabajar para lograr cero desperdicios en las operaciones de nuestro condado”, subrayó.

Mayor problema

No obstante, el mayor problema radica en la costa.

En efecto, hace apenas dos años el grupo Environmental Defense Fund (EDF), una organización sin fines de lucro de carácter ambientalista con sede en Nueva York, realizó un “minucioso estudio” sobre el peligro del aumento del nivel mar en las costas de Florida y pronosticó un aumento de 2.5 pies del mar en los próximos 20 años, desde Miami hasta Palm Beach, que podría afectar más 3.500 millones de dólares en valores inmobiliarios y a más de 4.8 millones de personas.

Cada vez que un ciclón o el ciclo habitual de marea alta inunda zonas específicas de Miami, salta a la palestra cuán vulnerable es la costa de Miami y Miami Beach a las inclemencias del tiempo, y el llamado cambio climático, por lo que el Cuerpo de Ingenieros del Gobierno federal, durante el gobierno de Donald Trump, ideó una muralla a lo largo de la costa para evitar la ‘entrada del mar’.

El gran muro de contención, en forma de dique, mediría seis millas de largo, excepto en la zona de grandes rascacielos, incluyendo Brickell, donde precisamente la amenaza del mar es más latente.

El coste de la propuesta asciende a 6.000 millones de dólares, de los que 2.100 tendrían que ser aportados por gobiernos locales, acorde a la norma de 35% de colaboración.

El borrador propone además construir ‘barreras’ en la desembocadura del río Miami, así como manglares que ayudarían a menguar la entrada del mar y añadirían un componente ‘natural’ a la estructura; para proteger locales comerciales, hogares y propiedades.

Sin embargo, la propuesta no logra despegar ante la mirada preocupante de vecinos y gobierno locales.

Noticia de Jesús Hernández de Diario Las Americas.-