El Nuevo Herald: Gran jurado federal de la Florida presentó cargos contra el empresario venezolano Raúl Gorrín

La suerte de Raúl Gorrín cambió en Estados Unidos. Foto: Cortesía.

Identificado por la fiscalía federal de Estados Unidos como uno de los principales arquitectos de una conspiración para lavar cientos de millones de dólares obtenidos a través de la corrupción, el magnate venezolano Raúl Gorrín había logrado evadir ser acusado por ese caso.

Eso cambió esta semana, luego que un gran jurado federal de la Florida presentara cargos formales contra el socio del gobernante Nicolás Maduro. El empresario, dueño del canal de noticias Globovisión, es acusado de participar en la conspiración para lavar $1.200 millones extraídos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), para luego usar parte de esos fondos en la adquisición de propiedades de lujo en el Sur de la Florida.

Según la acusación presentada el miércoles, Gorrín, de 56 años, conspiró con otras personas para sobornar a altos funcionarios de PDVSA a cambio de obtener acceso a un esquema de corrupción. En el esquema, los acusados otorgaban a la estatal petrolera préstamos en bolívares que en poco tiempo eran pagados en dólares haciendo uso de una tasa cambiaria que fijaba el valor de la moneda estadounidense en una pequeña fracción de su precio real en el mercado libre.

Bajo ese esquema, los montos otorgados en préstamos a PDVSA generaban rendimientos superiores al 1.000% en cuestión de pocas semanas.

Con las ganancias ilícitas, los acusados compraron en el sur de la Florida bienes raíces, yates y otros artículos de lujo utilizando empresas fantasma y cuentas bancarias en el extranjero, dijo la fiscalía federal en un comunicado.

“Pagaron millones de dólares en sobornos a funcionarios extranjeros de alto rango para asegurar más de mil millones de dólares en ganancias ilícitas”, dijo la fiscal Nicole Argentieri “La presunta conducta de Gorrín enriqueció a funcionarios gubernamentales corruptos y explotó el sistema financiero estadounidense para facilitar estos delitos”.

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Gorrín está acusado de conspiración para cometer lavado de dinero, que conlleva a una pena máxima de 20 años de prisión si es hallado culpable.

Gorrín, quien vivió un tiempo en el Sur de la Florida y trató de reunirse con funcionarios de la Casa Blanca para buscar una salida a la crisis venezolana, ya había sido acusado de participar en otro caso de corrupción, pero no había sido incluido entre los acusados formales de este segundo caso.

Su más nueva acusación surge de un caso presentado en Miami en el 2018, en la que las autoridades había detectado que Gorrín fue la persona que contactó inicialmente al arrestado banquero alemán Matthias Krull — quien negoció un acuerdo de cooperación con la fiscalía — para pedirle que le ayudara a lavar los fondos malversados de PDVSA.

Gorrín también fue quien le presentó al banquero alemán al venezolano Mario Enrique Bonilla, el presunto testaferro de los hijastros de Maduro – Yosser Gavidia Flores, Walter Gavidia Flores y Yoswal Gavidia Flores – quienes recibieron una porción significativa de los fondos obtenidos en el esquema.

El abogado de Gorrin en Estados Unidos, Howard Srebnick, no pudo ser contactado de inmediato para hacer comentarios.

Gorrin, quien se convirtió en el dueño del canal de noticias Globovisión en marzo de 2013 a través de una polémica compra, es considerado por muchos como uno de los hombres de negocios más ricos e influyentes de Venezuela, gracias a sus estrechas relaciones con miembros clave del régimen, incluyendo a la familia presidencial.

Ascendiendo de orígenes humildes, Gorrín también consolidó el control de Aseguradora La Vitalicia, que adquirió en 2008 con los socios Juan Domingo Cordero y Gustavo Perdomo.

Gorrin y Perdomo también habían adquirido considerables propiedades de bienes raíces en Estados Unidos, incluyendo exuberantes propiedades en el sur de la Florida pese a haber sido declarados como personas non grata por la ciudad de Miami.

La venta de Globovisión fue un gran golpe para la población democrática de Venezuela, ya que cerró el último canal de televisión que desafiaba la censura gubernamental. La programación de la estación cambió drásticamente a las pocas semanas de la venta y los periodistas prominentes que trabajaban allí renunciaron cuando los nuevos propietarios trataron de imponer la autocensura.

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La presencia de Gorrín en el Sur de la Florida había irritado a miembros de la comunidad venezolana así como autoridades del estado.

“¿Saben dónde viven?” preguntó el senador Marco Rubio, republicano por Florida, en una audiencia sobre Venezuela realizada en el Congreso. “Viven en Miami, son dueños de una mansión de varios millones de dólares en Cocoplum. Manejan por las calles en sus autos lujosos, y se ríen de usted y se ríen de nosotros porque saben que pueden hacer esto sin que se les castigue”.

El papel de Gorrín en la conspiración de lavado de dinero comenzó en diciembre de 2014, cuando él y otros tramaron un plan para prestar bolívares a la empresa petrolera nacional, PDVSA, a cambio de pagos en euros o dólares, señalan los documentos presentados por los fiscales.

Para mayo de 2015, los montos de la conspiración de lavado de dinero venezolano había crecido para alcanzar los $1.200 millones, y la operación marchaba de viento en popa hasta principios del 2016, cuando uno de los integrantes de la operación decidió hacer contacto con la unidad de investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional en Miami para cooperar y convertirse en una fuente confidencial, según los registros judiciales.

La fuente aceptó usar un dispositivo de grabación durante las conversaciones con sus socios en las que habían acordado blanquear $78 millones que había recibido de un contrato de préstamo con PDVSA.

El informante se reunió con el banquero suizo privado de Gorrín y por separado con un corredor de valores de Miami para discutir esquemas de lavado de dinero, según los registros judiciales.

Tanto el banquero como el corredor terminaron declarándose culpables de cargos de conspiración y cumplieron condena en prisión.

Fuente: Artículo de El Nuevo Herald, por Antonio María Delgado y Jay Weaver. Si desea leer la publicación original puede hacerlo en el siguiente enlace: https://www.elnuevoherald.com/noticias/america-latina/venezuela-es/article294475019.html