El reporte encontró que la Florida perdió 589.671 niños en los programas de seguro de salud del gobierno estatal de abril a diciembre. Foto: Pixabay.
Casi 600.000 niños de la Florida perdieron el año pasado el seguro médico proporcionado por el gobierno después que el gobierno federal le pusiera fin a la emergencia sanitaria nacional relacionada con el COVID, más que cualquier otro estado excepto Texas, según un reporte recién publicado por Center for Children and Families (CCF) de Georgetown.
El reporte, un estudio nacional sobre cómo los estados se deshicieron de los niños de Medicaid después que el gobierno federal levantara una retención que les impedía dar de baja a estos pacientes durante la pandemia, encontró que la Florida perdió 589.671 niños en los programas de seguro de salud del gobierno estatal de abril a diciembre. La inscripción total de niños en abril de 2023 era de 3.093.191 y en diciembre había descendido a 2.503.520.
Se desconoce cuántos de esos niños encontraron seguro de salud en otro lugar, según los autores del reporte, quienes cuestionaron los esfuerzos de la Florida para evitar que los niños se quedaran sin seguro innecesariamente.
“No sabemos cuántos de estos niños no tienen seguro o han tenido una interrupción en la cobertura del mismo, pero hay muchas, muchas razones para preocuparse”, dijo Joan Alker, autora principal del reporte y presidenta ejecutiva de CCF, en una convocatoria de prensa el jueves.
El viernes, el DCF (Departamento de Niños y Familias) rebatió duramente las conclusiones, afirmando que el estado revisó diligentemente la elegibilidad, procesando casi cinco millones de casos y obteniendo respuestas de nueve de cada 10 pacientes. Mallory McManus, jefe adjunto de personal del Departamento de Niños y Familias del estado, también dijo que las nuevas inscripciones en los planes de mercado de la Ley de Cuidado de Salud Asequible y en KidCare, el término general para los programas de salud del estado para los niños, aumentaron en el último año.
“Cualquier idea de que la Florida ha fracasado en este proceso es falsa”, dijo McManus. “A los estados que han incumplido la normativa [los Centros federales de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS)] se les exigió que pusieran en pausa sus procesos hasta que se solucionaran los problemas. La Florida nunca ha sido uno de esos estados”.
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Aunque el estado cuestiona la conclusión del reporte, el estudio constató una salida masiva de pacientes a nivel nacional de los programas de salud gubernamentales.
En general, hubo 4.16 millones menos de niños inscritos en todo el país en los programas de seguro de salud subsidiados por el gobierno Medicaid y el Programa de Seguro de Salud para Niños, o CHIP, durante ese periodo de tiempo, de acuerdo con el reporte. En conjunto, la Florida y Texas representaron el 38% de ese descenso, indica el reporte.
¿Qué ocurrió? Durante la pandemia por COVID-19, el gobierno federal prohibió a los estados dar de baja a las personas que ya estaban inscritas en Medicaid. Desde que el mandato finalizó el pasado mes de abril, la Florida y los estados de todo el país han estado reevaluando si los pacientes de Medicaid seguían siendo elegibles. (Como la Florida es uno de los 10 estados que se negó a ampliar Medicaid a sus trabajadores pobres, cubre sobre todo a mujeres embarazadas y niños).
Pero esta reevaluación, conocida como el “desenrollado de Medicaid”, ha estado generalmente plagada de problemas, según el grupo de política sanitaria sin ánimo de lucro KFF, que estima que, en todo el país, el 70% de los pacientes de Medicaid que han perdido la cobertura desde que empezó el desenrollado fueron dados de baja por razones de procedimiento o burocracia.
Alker dijo que los investigadores federales calcularon que “tres cuartas partes de los niños que perderán o perdieron Medicaid durante la retirada” tienen derecho a un seguro médico a través del programa, pero “perdieron la cobertura por motivos de procedimiento o burocracia”. Estos motivos podrían incluir no haber presentado a tiempo la documentación para la renovación.
“Esto significa que el proceso de renovación se interrumpió de alguna manera”, dijo Alker.
Cuestión de esfuerzo
Desde que el año pasado el gobierno federal permitió a los estados empezar a reevaluar la elegibilidad y exigir a los beneficiarios que renovaran su cobertura, creó una serie de herramientas opcionales que los estados podían usar para facilitar el proceso. Entre esas herramientas figuraban formas de aumentar la renovación automática de la cobertura, actualizar la información de contacto de sus afiliados y dar a las compañías de seguros que gestionan Medicaid mayor libertad para ayudar a sus pacientes a lo largo del proceso. Otro reporte publicado el jueves por Urban Institute mostraba una “relación especialmente llamativa” entre el número de herramientas aplicadas por los estados y el número de niños que permanecían en sus programas públicos de seguro médico una vez iniciada la retirada.
La Florida es el único estado del país que se ha negado a aplicar alguna de estas herramientas, de acuerdo con el programa federal CMS.
El 18 de diciembre, el secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) Xavier Becerra le envió una carta a DeSantis en la que afirmaba que la Florida “se encuentra entre los nueve estados con el mayor número o el mayor porcentaje de niños que han perdido la cobertura de Medicaid o CHIP desde que se reiniciaron las renovaciones de elegibilidad completa para estos programas esta primavera”.
Becerra expuso “varias estrategias” que la administración de DeSantis podría adoptar para asegurar que los niños de la Florida no fueran dados de baja de la cobertura “debido a la ‘burocracia’ u otras razones evitables”. Esas estrategias incluían implementar algunas herramientas opcionales discutidas anteriormente, así como eliminar las barreras para inscribir a los niños en CHIP y expandir la cobertura de Medicaid a los trabajadores pobres.
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Pero McManus, jefe adjunto de personal de DCF, negó que la Florida permitiera que se descuidara a los niños.
“Para aquellos que fueron ‘procedimentalmente desafiliados’, lo que significa que no respondieron, DCF fue más allá de contactarlos hasta 13 veces por teléfono, correo, correo electrónico y texto antes de procesar la desafiliación”, escribió McManus. “La Florida tiene una de las tasas de desafiliación de procedimiento más bajas de la nación y está muy por debajo del promedio nacional”.
McManus dijo que el 93% de las familias con niños con “condiciones médicamente complejas” fueron contactadas con éxito y que el estado creó una línea dedicada a Medicaid para los beneficiarios que tiene un tiempo de espera promedio de menos de cinco minutos.
“No solo cumplimos todos los requisitos federales, sino que los superamos”, dijo McManus. “Es difícil imaginar qué medidas adicionales podría tomar el estado más allá de las exhaustivas medidas que ya están en marcha para apoyar a estas personas a lo largo del proceso”.
El Proyecto de Justicia Sanitaria de la Florida demandó a los secretarios de DCF y de la Agencia para la Administración de Asistencia Sanitaria (AHCA) ante un tribunal federal por el proceso de redeterminación del estado, alegando que viola las garantías procesales de los pacientes. El juicio está previsto para el 13 de mayo en Jacksonville.
¿En dónde buscaron cobertura médica los pacientes dados de baja?
McManus le dijo a Miami Herald que, desde que el gobierno federal levantó la emergencia sanitaria federal, 182.000 niños se han inscrito en Florida KidCare, un aumento del 66%, hasta el mes pasado; también dijo que el número de niños inscritos en planes a través del mercado de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) aumentó en un 50%.
Alker, sin embargo, dijo que la inscripción en el mercado de ACA, en donde las familias de bajos ingresos pueden comprar cobertura usando subsidios del gobierno, únicamente compensó la disminución en la inscripción de Medicaid y CHIP para niños a nivel nacional en tan solo un 14%.
Dijo que la inscripción en un programa CHIP separado para familias con ingresos un poco más altos nada más compensó la disminución de los niños en un 10% a nivel nacional. En la Florida, esa cifra fue levemente superior, ya que el 12% de los niños que perdieron la cobertura de Medicaid y CHIP se inscribieron en el programa CHIP separado, según datos separados a marzo, dijo Alker.
“Por lo tanto, estas son las razones para preocuparse de que los niños de los estados con altos números o tasas de disminución de Medicaid se queden sin seguro durante al menos algún periodo de tiempo”, dijo Alker. “Estos estados deben hacer esfuerzos para llegar a las familias con los socios de confianza de base comunitaria y los recursos para volver a inscribir a los niños elegibles y considerar las reformas de los sistemas para que el proceso vaya más suavemente”.
Alker culpó principalmente a los gobernadores de los estados por la posibilidad de que los niños se queden sin seguro luego del inicio de la retirada, ya que sus administraciones gestionan estos programas gubernamentales de seguro médico, pero McManus dijo que una lectura objetiva de los esfuerzos del estado llegaría a la conclusión opuesta.
“El hecho es que la Florida ha estado luchando para proporcionar a más niños acceso a la cobertura bajo CHIP”, escribió McManus. “En junio de 2023, el gobernador Ron DeSantis firmó una legislación bipartidista que amplió los requisitos de elegibilidad de ingresos del programa Florida KidCare del 200% al 300% del nivel federal de pobreza, dándole a la Florida la capacidad de servir a 68,000 niños adicionales sin seguro; no obstante, hasta la fecha, la administración Biden aún no aprueba la expansión de CHIP de la Florida”.
Fuente: Artículo de El Nuevo Herald, por Alexandra Glorioso. Si desea leer la publicación original puede hacerlo en el siguiente enlace: https://www.elnuevoherald.com/noticias/florida/sur-de-la-florida/article288327575.html