El exrector del CNE afirmó que el gobierno de Nicolás Maduro creó un ambiente menos propicio para la participación opositora y un ente electoral hostil con el objetivo de provocar la abstención. Destacó que la unidad es crucial, así como la movilización y defensa del voto el 28 de julio. Foto: Cortesía.
Vicente Díaz, exrector del Consejo Nacional Electoral, aseguró que es imposible que el ente electoral pueda manipular los resultados de las próximas elecciones presidenciales y afirmó que el sistema de votación en Venezuela es altamente auditado y técnicamente robusto.
En declaraciones concedidas a El Nacional, el sociólogo enfatizó que cada ciudadano es el auditor de su propio voto, ya que la máquina emite un comprobante físico que confirma la decisión que se deposita en una urna y se cuenta al final de la elección. Dijo que estos resultados son auditados mesa por mesa y que los partidos políticos reciben la información digitalmente, verificada con códigos QR que proporcionan un resumen del acta.
Díaz, que presidió la Comisión de Participación Política y Financiamiento del CNE, destacó asimismo que no ha habido impugnaciones donde se haya demostrado que los resultados del voto electrónico hayan sido alterados. Sin embargo, señaló que ha habido casos de manipulación manual de actas en el proceso de totalización.
“La gente puede estar segura de que con una buena estructura de defensa del voto y movilización del voto, los resultados que se arrojen el 28 de julio van a representar la voluntad del elector. No tengo la menor duda de eso siempre y cuando la oposición se haga presente en cada una de las mesas electorales”, manifestó.
—¿Han recuperado los venezolanos la confianza en el proceso electoral?
—Las elecciones en Venezuela desde hace varias décadas han sido profundamente desequilibradas porque compite un candidato contra prácticamente todo el Estado. Es como jugar un juego de fútbol, pero con la cancha en una pendiente, en donde te toca a ti la parte de abajo y al Estado la parte de arriba, es decir, una carrera de obstáculos para los candidatos opositores. Eso ha sido así desde hace muchísimo tiempo. Sin embargo, a pesar de esas dificultades, la oposición logró imponerse en momentos cruciales, como en 2007 cuando se ganó el referendo; en el 2010, cuando se ganaron las elecciones generales; en el 2015, cuando se ganó la parlamentaria, y en el 2021, si la oposición hubiese ido a través de candidaturas unitarias en todo el país, hubiese ganado alrededor de 14 gobernaciones, pero ganó 4 nada más porque se dispersó el voto opositor en múltiples candidatos. Esa es la realidad. El gobierno no tenía nota de esto y se dio cuenta de que con ese CNE que habíamos logrado negociar con el gobierno, se creaba un ambiente muy propicio para la participación electoral, al punto de que todo el mundo participó en la elección con ese CNE y no se ganaron más gobernaciones por lo que pasó: la dispersión del voto opositor. Inclusive, donde se ganó (la oposición) y no lo quisieron reconocer fue en Barinas, repitió la elección y ganó aún con más votos. ¿Qué significa eso? Que el gobierno, habiendo tomado nota de eso, dificultó la contienda electoral: puso un CNE más hostil o más refractario en su mayoría a factores de la oposición con el objetivo de estimular la abstención, porque el gobierno siempre ha jugado a que una parte de la oposición diga que con el CNE no se puede votar y que en esas condiciones no se puede votar, «vamos todos en camino a una emboscada y por lo tanto no vamos a votar”.
—Y el presidente actual del CNE es Elvis Amoroso, por quien pasó la inhabilitación de María Corina Machado.
—Correcto. El objetivo por el que ponen al señor allí es para que funcione como un espantavotos, para que espante al voto opositor. Esa es una realidad: el gobierno necesita jugar a la abstención de la oposición porque sabe que el deseo de cambio hoy en Venezuela es mayoría absoluta y que en esas condiciones tiene dificultades importantes para ganar la elección. Entonces las condiciones electorales están signadas por eso. No podemos esperar mejores condiciones electorales, podemos esperar peores condiciones electorales, pero la realidad es que el juego se pone más pequeño, pero, a pesar de eso y de las dificultades que tienen la gente y los dirigentes políticos que van a hacer campaña para el interior —conseguir alojamiento, para surtir gasolina, poder viajar en avión, comercial o vuelos privados—, y que ya se habían experimentado en el pasado, ahora se acrecientan y, sobre todo, porque participan todos los poderes públicos prácticamente, en la contienda electoral. En el TSJ hay un recurso contra la tarjeta de la Unidad, que ha sido admitido pero no ha sido procesado, pero es una amenaza latente que está allí. Dentro de todo eso, la buena noticia es que la tarjeta de la MUD, que es la tarjeta más votada en toda la historia de Venezuela, está en la boleta electoral, está compitiendo. La Plataforma Unitaria no logró inscribir a la ganadora en la primaria porque está inhabilitada inconstitucionalmente, con todos los problemas que hubo de acceso al expediente, de ejercer el derecho a la defensa y al debido proceso. La realidad es que no le iban a permitir participar, intentó designar a una persona como reemplazo, a la doctora corina Yoris, y hubo dificultades técnicas por razones políticas que impidieron la postulación y ahí es cuando aparece el doctor Edmundo González, que es una decisión de la Plataforma Unitaria, de los 10 partidos que la conforman y es la persona que venía encabezando nominalmente la tarjeta de la MUD, él es el presidente desde hace varios años del partido MUD. El gobierno, en esas circunstancias, a través del CNE, permite la candidatura y estamos teniendo una contienda electoral donde los factores de oposición hacen su campaña, así como el gobierno. La diferencia es que, en el caso del gobierno, todos los medios públicos y todo el sistema de propaganda público está abocado a la candidatura de Nicolás Maduro y, en el caso de la oposición, tiene dificultades de acceso a los medios de comunicación, a los pocos que quedan, pero tiene una presencia importante en las calles y en las redes sociales, de manera que es una campaña compleja y complicada, pero que se puede ganar porque el gobierno también tiene complicaciones, el gobierno tampoco es que tenga las mejores condiciones electorales porque ha tenido dificultades de gestión pública por todo el tema de las sanciones y el candidato del gobierno tiene sobre su cabeza una recompensa de 15 millones de dólares. Todas estas cosas están gravitando sobre la campaña, en el marco de unas elecciones que ya históricamente en Venezuela han sido desequilibradas y ventajistas. Ahora, de lo que la gente puede estar segura es que con una buena estructura de defensa del voto y movilización del voto los resultados que se arrojen el 28 de julio van a representar la voluntad del elector, no tengo la menor duda de eso, siempre y cuando la oposición se haga presente en cada una de las mesas electorales, casi 30.000, en los 15 centros de votación. Si yo fuera jefe de la oposición, dedicaría mi tiempo no solo a la promoción de la candidatura de Edmundo González, sino dedicaría buena parte de mi músculo electoral a construir una buena plataforma de movilización y defensa del voto, comenzando por buscar a cada uno de los miembros de mesa seleccionados que hay en Venezuela.
—¿Cuál es el punto clave? ¿El cambio en la perspectiva de la oposición que se ha mostrado más unida y que ha ratificado que la ruta debe ser electoral?
—La jugada que tenía prevista el gobierno de espantar votos a través del CNE y a través de perseguir a dirigentes del partido de María Corina Machado —unos que están en situación de asilo en la embajada de Argentina; también hay un coordinador del equipo estratégico de la Plataforma Unitaria asilado junto con la gente de Vente Venezuela, Martínez Mottola— era que todo eso condujera a un sector de la oposición a decir que con esas reglas del juego no se podía, que era una elección no competitiva, que no es la que estaban aspirando y que se irían a la abstención. Creo que todo parece indicar que la oposición aprendió que por la vía de la abstención no existe un partido en el mundo entero que haya crecido; todos los partidos que se han ido por la vía de la abstención, en Venezuela y en el mundo entero, han terminado prácticamente reducidos a la nada y creo que la oposición aprendió, como lo aprendió Chávez en su momento. Porque cuando él salió de la cárcel, después de haber intentado dos golpes de Estado, salió a decir que las elecciones no eran legítimas, que no se podía llegar al poder con elecciones y que había que abstenerse para no legitimar los procesos electorales, y se dedicó a eso varios años, hasta que se dio cuenta de que eso no avanzaba y pasó entonces a la vía electoral y de ahí no se salió más nunca. Hoy por hoy, la oposición toda se ha dado cuenta que de esta situación vamos a salir por la vía de la negociación y por la vía de la elección y que no hay elección posible para el país que no contemple al chavismo, y el chavismo tiene que entender que no hay solución posible para el país que no contemple a la oposición. Aquí hace falta un proceso de negociación, pero también de reconciliación y de reencuentro, porque necesitamos reconstruir un país que tenga una estabilidad política y económica por lo menos 20 o 30 años, que nos garantice salir de la situación de destrucción que hay a nivel de la familia venezolana, del poder adquisitivo, de la calidad de vida, de los niveles educativos, de los servicios públicos.
—La dirigencia opositora aparentemente tiene claro cuál debe ser la ruta, pero ¿cómo se enseña a los venezolanos nuevamente sobre la importancia no solo de la participación electoral, sino la defensa del voto?
—Aquí tiene una cuota de responsabilidad importante el órgano electoral, que debe, dentro de sus competencias y responsabilidades, motivar a la participación electoral, en el servicio electoral obligatorio cuando las personas son electas miembros de mesa, miembros de juntas municipales o regionales. Primero, es obligatorio y, segundo, es un ejercicio de derechos políticos y el CNE debe estimular eso, que la gente electa sepa que está seleccionada y que tiene una responsabilidad.
—Existen sanciones para quienes incumplan.
—Correctamente, hay multas. Ahí entra en juego el tema del control de las mesas, que es importante en la elección. No determinante, pero sí es importante.
—Explique este punto sobre los miembros de mesa y testigos para evitar que existan trampas durante la elección.
—Eso de trampas en las mesas es prácticamente imposible, aquí el voto en Venezuela es electrónico y la incidencia de los miembros de mesa en el voto es inexistente, no pueden alterar los votos de ninguna manera.Un control de la mesa es importante para evitar irregularidades como, por ejemplo, el voto acompañado, que es el voto supervisado, que ponen allí un comisario político para acompañar gente y se ponen con ellos en la máquina de votación para chequear que estén votando por quien ellos quieren que voten. Eso se da en pocos casos, afortunadamente es marginal porque hay presencia de los miembros de mesa seleccionados y testigos. Si hay una mesa controlada por un solo partido, obviamente ese fenómeno se puede producir. Hay gente que trabaja en la administración pública o que depende del Estado y le dicen «tienes que votar de esta manera, estoy aquí chequeando cómo votas», ahora, eso no puede pasar si hay testigos de oposición y si los miembros de mesa son los seleccionados en sorteo.
—¿Cómo es ese sorteo?
—Aquí se hace un sorteo donde se seleccionan los miembros de mesa, de hecho, creo que el sorteo fueron ochocientos mil y pico entre miembros sorteados, miembros de juntas, suplentes… estamos hablando de 30.000 mesas y en cada mesa tiene que haber por lo menos 3 y son 90.000, y tienen que haber 2 suplentes por cada uno, estamos hablando entonces de que son alrededor de 300.000 personas. Hay una logística de la participación y movilización de la sociedad civil tremenda porque estas personas se eligen entre los electores y los electores que no se enteran de que son miembros de mesa entonces no van a los talleres de capacitación, y si no van a los talleres de capacitación no le entregan la credencial que consta que está capacitado para ser miembro de mesa porque tienen que recibir cursos donde les expliquen cómo funciona la mesa electoral, cuáles son sus competencias, cuáles son sus responsabilidades, qué cosas son permitidas y qué cosas no son permitidas. Si el miembro de mesa no se entera de que es miembro de mesa, entonces no participa en el curso y la mesa entonces queda sin miembro de mesa seleccionado. ¿Qué pasa con esas mesas que no tienen miembros de mesa seleccionados por sorteo, bien sea principales o suplentes de las mesas o de las mesas adyacentes? Se eligen entre los electores en la cola, ¿y quiénes son los electores en la cola? Usualmente militantes del partido que tenga más músculo electoral y más maquinaria, que estén de primerito en las colas. Todas esas cosas las conocen tanto el partido de gobierno como los partidos de la oposición porque aquí nadie es caído de la mata, aquí todos saben cómo se juega eso, ahora, es responsabilidad de la oposición buscar a cada una de esas de cientos de miles de personas seleccionadas miembros de mesa para informarles que fueron seleccionadas miembros de mesa. Me gustaría ver campañas en redes sociales de la propia oposición, ojalá también institucionales como debe ser, llamando a los ciudadanos a que se verifiquen, primero, dónde votan, luego que haya sido seleccionados miembros de mesa o no y si fue seleccionado miembro de mesa cuándo le corresponde la capacitación a su centro de votación para que asista y luego hacerle seguimiento para que se presente el día de la votación, no es que se le ocurrió después irse para la playa. Esa es una labor que tiene que hacer la oposición, que no solamente se trata de promocionar candidatos y hacer gira por todo el país, eso hay que hacerlo, obviamente, pero también hay que montar una maquinaria electoral, mesa por mesa, calle por calle, comunidad por comunidad y centro de votación por centro de votación. Estos son miembros de mesa, son seleccionados al azar, dentro de los votantes de las mesas. Pero ¿dónde están los testigos? Los testigos son los que nombra cada candidato y cada partido para que los represente en las mesas de votación, esos sí son de los partidos. Los miembros de mesa solamente pueden ser electores en la mesa, los testigos no. Los testigos pueden ser de cualquier parte y es responsabilidad de la oposición garantizar que tenga testigo en todas las mesas del país y que esos testigos estén capacitados, motivados, remunerados, que llegaron a las 6:00 am y son las 3:00 pm y no se pueden tomar ni siquiera un café, que tengan una logística, eso es responsabilidad de los partidos que conforman las diferentes fuerzas opositoras, los que están dentro de la Plataforma Unitaria y los que no.
—En tan poco tiempo, ¿se puede lograr esa estructura?
—Los ciudadanos son más adultos y maduros que los dirigentes, aquí los ciudadanos siempre han estado dispuestos a votar, aquí en las elecciones presidenciales los niveles de participación son altísimos, probablemente de los más altos del mundo. En la elección del parlamento del 2015 votó alrededor del 80% de los electores, esa es una participación altísima en comparación con cualquier otro país del mundo en unas parlamentarias. De manera que aquí los electores siempre han estado dispuestos a participar, más bien te consigues gente en la calle que pregunta cómo puede ayudar o qué puede hacer, hay mucha disposición de la gente. Lo que tienen que hacer las organizaciones políticas es abrir canales de comunicación y activismo y voluntarios a toda esa gente que quiere trabajar y que quiere colaborar y apoyar. Y cuando la gente deja de votar es porque los partidos la deja sin candidatos. Si yo voy a votar en una circunscripción y los partidos por los que yo voy a votar se retiraron, ¿cómo voy a votar?
—Pero también es verdad que quizá por los errores políticos dejaron a un lado el tema electoral y se han centrado más en su vida cotidiana.
—Lo normal de un país es que la gente no esté metida en el tema político permanentemente. Que los que son estudiantes, a estudiar; los que son deportistas, a hacer deporte; los que son trabajadores, que se dediquen a su trabajo, a sus familias, a su ocio, a su tiempo libre, a hacer la vida de ciudadano, la vida normal de un país. Un país no puede estar crispado políticamente permanentemente, ahora, cuando se acercan los momentos electorales es cuando los países se repolitizan porque se acerca el momento de ejercer la condición de ciudadano. El ejercicio de la condición de ciudadano es el ejercicio de la participación política y el ejercicio de participación política se desarrolla normalmente en democracia, en elecciones y yendo a votar. Lo otro, que son las marchas y las manifestaciones… un país que vive normalmente en movilizaciones, en marchas, en manifestaciones, eso se agota, ningún país puede vivir permanentemente de esa manera, eso puede suceder… como hay manifestaciones en países europeos, en Francia, por ejemplo, que les encantan las manifestaciones de calle y que ahí sí son violentas de verdad. Cuando hay problemas concretos, algún problema serio que busca resolverse porque una cosa es la manifestación reivindicativa, exigiendo algún derecho que se me está violando o una necesidad que no se me está cumpliendo, para exigir que se respeten mis derechos o porque se me atiendan mis necesidades, que son manifestaciones que ocurren en todas partes del mundo, que son normales en democracia. Lo que no es normal es tener manifestaciones insurreccionales, para tumbar gobiernos, esas manifestaciones son extremadamente escasas en el mundo entero y sus probabilidades de éxito son prácticamente nulas, casos donde hayan tumbado gobiernos a punta de protestas y cosas de esas, creo que casi ninguno en la historia de la humanidad. Pero lo normal en un país es que ejerza sus derechos políticos y se politice en los momentos cercanos a las elecciones, y llegará un momento en el que verás cómo crecientemente el país va a estar pendiente del tema electoral, del tema de las candidaturas, de lo que pasa con los políticos, pero para ejercer su derecho a votar, no para ejercer su derecho a protestar, a menos de que sea una protesta reivindicativa, como dije anteriormente, porque no alcanza el sueldo de los maestros, de las enfermeras, porque las calles no están adaptadas para que las personas con discapacidad visual puedan andar, por los pensionados y jubilados.
—Desde la perspectiva electoral, ¿hay errores que observe en la dirigencia opositora y que más adelante podrían generar consecuencias adversas?
—Están pasando varias cosas que son positivas. La primera, este clima de confrontación existencial que ha vivido Venezuela, de ultra polarización, todas las elecciones en el mundo entero tienden a ser polarizadas, eso no debe extrañar, ese es uno de los grandes dramas de la democracia, que hay que buscar la forma de superarlo, no en Venezuela sino en el mundo entero. Pero las elecciones tienden a polarizar la opinión pública y política, en el caso de Venezuela se ultrapolariza, se lleva al extremo al punto de convertirla en una confrontación existencial y esa confrontación existencial le puede hacer un terrible daño al país. La irrupción del discurso del doctor Edmundo González, más allá de algunas declaraciones iniciales con las que uno podría no estar de acuerdo, me parece altamente positivo porque él de lo que está hablando es de superar justamente una confrontación existencial, y está hablando de la reconciliación de la familia venezolana, del reencuentro, de construir una política nacional y constitucional; eso crea un viento fresco en el discurso político nacional porque no hay forma de salir de esta crisis y que podamos volver a encontrar el camino del desarrollo nacional, del progreso, de la superación de la pobreza, del retorno del capital humano que se nos ha ido con la migración gigantesca que hemos tenido, si no tenemos un país estable, en paz y donde trabajemos todos juntos en búsqueda de metas de largo aliento, en 20 o 30 años, con un proyecto nacional, con independencia de los vaivenes políticos coyunturales. Y el discurso político de Edmundo González creo que viene a hilvanar perfectamente con eso, y creo que el llamado que yo le haría al conjunto de la oposición es que veamos todo ese discurso y creamos que ese es el discurso que se debería utilizar para superar todo este tema de los epítetos donde unos llaman narcotraficantes, narcotiranía, régimen castrocomunista, violadores de derechos humanos, todos los epítetos que se le asignan al gobierno, y los gobiernos dejar de decirle a la oposición lacayos, vendidos, vende patria, traidores a la patria, corruptos y todas estas batallas de epítetos creo que hay que superarla.
—¿Ve una oportunidad?
—Hay una oportunidad ahora de superar la confrontación política como si fuese una confrontación existencial y buscar que en Venezuela la figura de expresidente se normalice, sea lo usual, que cada seis años tengamos un expresidente o una expresidenta, eso sería lo normal, creo que hay una oportunidad para eso. Y creo que la contienda electoral opositora tiene que discurrir en esa dirección porque si no tendríamos un candidato que tiene 15 millones de dólares sobre su cabeza, más un jefe militar (Vladimir Padrino López) que también los tiene, más el jefe del partido de gobierno (Diosdado Cabello) que también los tiene, y si aparte se les dice que lo que queremos es meterlos presos y verlos tras las rejas y todo lo demás, se dificulta enormemente la carrera electoral. Si hay una cosa que no deberíamos decir ni pensar es que la elección debe convertirse en un paso de factura en el caso de que la gane la oposición, y si la agana el gobierno también tiene que aprender que después de 25 años no ha logrado acabar con la oposición, y que la oposición está aquí para quedarse. Yo esperaría que a partir del 29 de julio podamos comenzar a construir unas relaciones de normalización política en el país.
—¿Cuáles pueden ser las consecuencias a nivel internacional y nacional si estas elecciones nuevamente se consideran no democráticas?
—Tenemos dos riesgos importantes que están incluidos entre las percepciones —aquí se produce un fenómeno que es cuando tú construyes una hipótesis y a partir de tu propia hipótesis terminas generando condiciones para que esa hipótesis se cumpla, que es lo que se llama la hipótesis de autocumplimiento—. Dentro del chavismo probablemente hay una percepción de que no importa lo que pase, si ellos ganan, la oposición no les va a reconocer la elección y va a decir que hubo fraude, y muchos allí (en el chavismo) piensan tal vez que si de todas maneras la oposición dirá que hubo fraude, entonces pensarán hacer fraude porque de todas maneras se dirá que lo hubo. Eso no quiere decir que sea la apreciación dominante, pero ese fantasma puede estar en la apreciación de muchos sectores dentro del gobierno. Y dentro de la oposición está el fantasma que crea esa percepción de que si gana Edmundo González, el gobierno no va a entregar y que Maduro no es un demócrata y que el gobierno no va a salir por elecciones y que las elecciones nunca generarán un cambio de gobierno y actuarán en consecuencia. Esas dos percepciones que gravitan sobre los campos opositores y chavistas también tienen su correlato a nivel internacional y esta elección debería ser la oportunidad para que Venezuela normalice su realidad política interna y también normalice su realidad política externa, que de nuevo no haya aislamiento diplomático, que haya reconocimiento a las autoridades venezolanas que surjan de la elección, que Venezuela ya no tengan sanciones ni personales ni al país, sobre todo, y que se supere esto porque creo que le conviene a todos los venezolanos. Luego, a los países donde tenemos esa migración tan grande, que puedan regresar todos esos venezolanos a incorporarse y a reencontrarse con su familia. Y creo que Venezuela es parte cultural, geográfica y cosmológica de occidente, somos una sociedad occidental que por diversas circunstancias se ha ido acercando a los ejes autoritarios del planeta, donde la democracia no es lo que priva. En Venezuela ha habido democracia y elecciones desde el año 58 para acá, de manera que el Venezolano tiene un amor por el voto, por el hecho de poder elegir, que sus autoridades salgan del ejercicio de su voluntad y no por el ejercicio de la fuerza, de un golpe de Estado, de una insurrección o un conato de invasión, lo que sea, eso tiene un enorme valor para los venezolanos. Si eso es así para nosotros, para la comunidad internacional tiene que ser muy importante que Venezuela se reencuentre de nuevo con occidente y que su reservas petroleras sean parte del inventario de reservas petroleras no de Estados Unidos ni de Europa, sino de toda la humanidad. Venezuela debe tener relaciones normalizadas con Europa, con países de América Latina, con Estados Unidos y que dejemos de ser el carrito chocón que pelea con todo el mundo.
—Esté quien esté frente al Consejo Nacional Electoral, ¿se puede participar en una elección sin el temor de que internamente haya fraude?
—No existe forma porque el sistema de votación técnicamente que tenemos es altamente auditado. Hay mucha gente que no sabe lo que son esas auditorías y cree que son auditorías contables y no, son auditorías técnicas desarrolladas por ingenieros informáticos del más alto nivel, pero lo más importante no es eso, es que cada ciudadano es el auditor de su voto, si cada ciudadano comprueba que votó por A, la máquina tiene que emitir un comprobante de voto que dice que votó por A y ese comprobante de voto de mete en una urna que se queda allí hasta el final de la elección y al final se cuentan cada uno de esos comprobantes de votos y si hay 50 comprobantes de voto que dicen que se votó por A, y hay 40 que dicen que se votó por B, la máquina, al emitir su acta electrónica, donde están registrados los votos electrónicos, dice exactamente lo mismo y eso se ha comprobado en todas las auditorías que se han hecho, en todas, sin excepción. La diferencia ha sido cero. Ahí hay una foto que se le toma al resultado de las mesas una por una, esa foto la tienen los miembros de mesa, los testigos de mesa que tienen copia de esa acta, que se imprime antes de transmitir los resultados. Antes de eso las máquinas no están conectadas y no pueden transmitir los resultados. Esos resultados son auditados totalmente en cada una de las mesas, luego, cuando el CNE publica el resultado de la elección, lo tiene que publicar nacionalmente, luego estatalmente, luego municipalmente, luego por parroquia y luego centro por centro y mesa por mesa, es decir, que si yo voté en la mesa número 3 de la escuela donde yo voto, en esa mesa número 3, y yo fui testigo en esa mesa y tengo una copia del acta que dice que hubo 350 votos para uno y 349 para el otro (candidato), bueno, cuando entro a la página del CNE y busco mi mesa ahí tiene que decir 350 para uno y 449 para el otro. A los partidos se les entregan estos resultados digitalmente, ellos los tienen, ya de sus propias estructuras de defensa del voto las tienen. Cada comprobante de voto tiene un código QR que cuando se escanea con el teléfono arroja un resumen del acta que se manda a los centros de totalización de cada partido y se puede saber casi de inmediato cuál es el resultado de cada una de las mesas y luego verifica en el CNE cuando publique sus resultados. Y no ha habido ni una sola impugnación en Venezuela donde se diga que el resultado de una mesa que produjo una acta electrónica haya sido alterado con respecto a lo que dice el acta de votación electrónica. En el caso de Ciudad Bolívar, que hubo 11 mesas donde el voto electrónico arrojaba un resultado favorable a Andrés Velásquez (cuando fue candidato a la gobernación de Bolívar en 2017), esas 11 mesas donde se hizo la alteración de votos no fue en el voto electrónico, fue que levantaron un acta manual como si la máquina no hubiese emitido el acta electrónica e inventaron unos números a mano y transmitieron esos números alegando que la máquina había tenido problemas para transmitir el acta. Entonces, es justamente con el acta electrónica que emite la máquina cuando Andrés Velásquez logró demostrar que a él le alteraron los votos en la totalización del CNE, pero no porque hayan cambiado el voto electrónico, sino porque lo cambiaron a mano. Pero si tú tienes testigos en cada una de la mesa, tienen que tener copias del acta para verificar que el acta que tienen en la mano, que emitió la mesa, se corresponde con la auditoría que se hizo de la caja de resguardo y que ahí no hay diferencia y eso es lo que va a reportar a su comando. Así que aquí no hay manera, no hay ninguna posibilidad de alteración de voto. Lo que sí puede pasar dentro del CNE, y ha pasado en reiteradas oportunidades, es que el candidato del gobierno viole las leyes electorales y los medios de comunicación del Estado hagan propaganda unilateral a favor del partido de gobierno y que haya ventajismo, se abuse, y el Consejo Nacional Electoral no haga nada. Para eso tenemos que estar preparados. Ahora, que puedan cambiar el resultado, no, es imposible.
Fuente: Artículo de El Nacional, por Luis De Jesús. Si desea leer la publicación original puede hacerlo en el siguiente enlace: https://www.elnacional.com/venezuela/vicente-diaz-asegura-que-es-imposible-que-el-cne-manipule-los-resultados-de-las-presidenciales/