La administración Biden admitió que poner fin a las restricciones al asilo provocaría “trastornos y un aumento temporal de cruces fronterizos ilegales”. Foto: Capture Instagram @edixonrich.
La situación migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México se agrava en medio de la incertidumbre sobre el futuro de las restricciones a los solicitantes de asilo, después que el gobierno del presidente Joe Biden pidió a la Corte Suprema que no retire las medidas antes de Navidad.
Cada vez el número de migrantes que llegan a la frontera es mayor, buscan entrar antes de que se ponga fin a las restricciones al asilo. El gobierno federal presentó su solicitud un día después de que el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, emitiera una orden temporal para mantener en vigor las restricciones migratorias implementadas durante la pandemia. Antes de la orden de Roberts, las restricciones estaban programadas a expirar el miércoles.
El gobierno federal admitió que poner fin a las restricciones conocidas como Título 42 probablemente provocaría “trastornos y un aumento temporal de cruces fronterizos ilegales”. Pero el gobierno pidió al tribunal que rechace los intentos de un grupo de estados de tendencia conservadora por mantener una medida que permite a las autoridades expulsar a muchos, pero no a todos los solicitantes de asilo.
Vigente desde marzo de 2020, el argumento del Título 42 es evitar la propagación de COVID-19, que algunos consideran ya no tiene caso.
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Debido a que una decisión al respecto podría darse hasta el último momento, la presión se ha estado acumulando en las comunidades a lo largo de ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México.
En El Paso, Texas, el alcalde demócrata Oscar Leeser advirtió que los albergues del otro lado de la frontera, en Ciudad Juárez, México, se encuentran a su máxima capacidad con unos 20.000 migrantes dispuestos a cruzar a Estados Unidos.
La ciudad tomó medidas para ampliar su capacidad para recibir a más migrantes, adaptando edificios grandes como albergues, mientras que la Cruz Roja puso a disposición 10.000 catres. El alcalde no habló sobre el costo que representarían la creación de albergues para los contribuyentes estadounidenses.
Las autoridades locales también esperan aliviar la presión sobre los albergues de la zona mediante el traslado de migrantes a otras ciudades grandes de Texas y de estados aledaños, acercándolos a familiares o patrocinadores en coordinación con organizaciones sin fines de lucro.
“Seguiremos preparados para lo que venga”, señaló Leeser.
El estado desplegó esta semana a elementos de la Guardia Nacional de Texas en El Paso, donde utilizaron alambre de púas para cubrir una apertura en la valla fronteriza en los márgenes del río Grande (o Bravo), la cual se convirtió en un cruce popular en los últimos días para los migrantes que sortearon las aguas poco profundas para acercarse a los funcionarios de inmigración. Los agentes usaron un altavoz para anunciar en español que es ilegal cruzar por ese punto.
Texas anunció el envío de 400 miembros de la Guardia Nacional a la ciudad fronteriza luego de que las autoridades locales declararon un estado de emergencia. Leeser dijo que la declaratoria era con el objetivo principal de proteger a los migrantes vulnerables, aunque el despliegue incluyó fuerzas utilizadas para “repeler y enviar de regreso a los inmigrantes ilegales”, según un comunicado de la Guardia Nacional de Texas.
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En su apelación de último minuto ante la Corte Suprema, los estados de tendencia conservadora afectados por la ola inmigratoria argumentan que el aumento en el número de inmigrantes repercutiría en los servicios públicos como la seguridad pública y la atención médica, y advirtieron de una “calamidad sin precedentes” en la frontera sur.
El gobierno federal informó el martes al tribunal que ha destinado más recursos a la frontera sur en preparación para el fin del Título 42. Esto incluye más coordinadores de procesamiento de la Patrulla Fronteriza, un reforzamiento de la vigilancia y más seguridad en los puertos de entrada, de acuerdo con el gobierno de Biden.
La administración Biden no mencionó el costo que representa para los contribuyentes. Actualmente hay unos 23.000 agentes desplegados en la frontera sur, según la Casa Blanca.
“El gobierno no pretende en absoluto minimizar la gravedad de ese problema. Pero la solución a ese problema de inmigración no puede ser prorrogar indefinidamente una medida de salud pública que todos reconocen ahora que ha superado su justificación de salud pública”, escribió el gobierno en su solicitud al máximo tribunal.
Sin embargo, el gobierno federal también pidió a la Corte Suprema que le diera algo de tiempo para prepararse en caso de que permita que se levanten las restricciones al asilo. Si la Corte Suprema toma una decisión antes del viernes, el gobierno quiere que las restricciones continúen en vigor hasta el final del día 27 de diciembre. En caso de que la corte tome una determinación el viernes o después de esa fecha, el gobierno quiere que las restricciones sigan vigentes hasta el segundo día hábil posterior a la orden.
De concederse, cualquiera de los dos plazos, significaría que el Título 42 seguiría en vigor al menos hasta después de Navidad.
La mayoría de los migrantes buscan asilo político aunque las verdaderas causas de la migración son económicas debido a la falta de oportunidades en sus países.
Fuente: Artículo de Diario Las Américas, con información de AFP. Si desea leer la publicación original puede hacerlo en el siguiente enlace: https://www.diariolasamericas.com/eeuu/biden-pide-al-supremo-poner-fin-restricciones-al-asilo-n5327163