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El abanico de personajes que interpretó Val Kilmer es tan amplio y conocido, que difícilmente alguien no se haya cruzado alguna vez con su mirada color del cielo. Desde ponerse en la piel del superhéroe Batman, al aviador Tom “Iceman” Kazansky en Top Gun: Maverick, o su recreación de Jim Morrison.
El actor murió a los 65 años por complicaciones en un cuadro de neumonía, pero su salud venía en deterioro y en constante rehabilitación desde 2014, cuando le diagnosticaron un cáncer de garganta. En 2015 fue sometido a una traqueotomía, luego de recibir quimioterapia, y perdió la voz luego de aquella cirugía.
La noticia fue confirmada por su hija, Mercedes Kilmer, en diálogo con The New York Times. Aunque hacía un par de años no se realizaba apariciones públicas, hasta el 2022 estuvo de estreno con una participación icónica en la secuela de la película protagonizada por Tom Cruise.
Su cameo como Iceman representó el regreso del rival de Pete “Maverick” Mitchell, 36 años después de la entrega original. Por unos minutos, pudo escucharse otra vez su voz, gracias a la Inteligencia Artificial, que procesó cientos de grabaciones del actor para recrear su breve diálogo de la forma más natural posible.
Aunque fue una participación pequeña, estuvo cargada de emotividad, y fue una manera de coronar la carrera del artista, colmada por un variopinto caudal de personajes, una etapa de sex symbol y un descenso de la fama del que nunca se arrepintió.
“Rechacé papeles de al menos 10 directores realmente excelentes, porque me parecía más importante ser responsable con mi familia y mi matrimonio; simplemente no le presté atención a los negocios”, había dicho en una entrevista con Vanity Fair en 2012.
“No se puede ser un buen padre y un marido presente si solo estás en tu casa dos o tres mese al año”, sentenció en aquel entonces. El actor fue padre de Jack y Kilmer junto a su ex esposa, Joanne Whalley.
La lucha de Val Kilmer luego de perder la voz
En 2020 el artista californiano aseguraba que ya estaba recuperado de la enfermedad, pero quedaron secuelas como la pérdida casi total de su voz y la alimentación por sonda, con un tubo conectado al estómago.
“Tuve que encontrar una forma de comunicarme diferente, y lo tomé como cualquier otro desafío en actuación porque es solo un conjunto de circunstancias muy singular”, solía decir.
Con información de El Clarín.-
