Mientras Estados Unidos lidia con la migración masiva. Foto: Cortesía.
El Gobierno de Joe Biden apuesta por una nueva estrategia hacia Venezuela, que ha lidiado con la agitación económica y política bajo un régimen autoritario, en un intento de frenar la emigración masiva y estabilizar el país.
Las malas condiciones económicas, la escasez de alimentos y el acceso limitado a la atención médica han empujado a más de 7,7 millones de personas a huir de Venezuela, lo que representa el mayor desplazamiento en el hemisferio occidental, y muchos optan por ir al norte.
La migración sin precedentes plantea un desafío único para la administración de Biden en un tema políticamente delicado –el manejo de la frontera entre Estados Unidos y México– y ha impulsado la preocupación entre los aliados a nivel nacional. El jueves, mientras el presidente se preparaba para reunirse con líderes del hemisferio occidental, los alcalde de Chicago y Denver se reunieron con altos funcionarios de la Casa Blanca para analizar la afluencia de inmigrantes a sus ciudades.
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Las reuniones del presidente Joe Biden con los líderes del hemisferio occidental son parte de un enfoque administrativo más amplio para frenar la migración, establecer vías legales hacia Estados Unidos y reforzar las economías de la región, que es un tema central de la reunión de esta semana.
Y Venezuela, desde luego, es un tema de discusión.
El aumento de la migración y las próximas elecciones en Venezuela abrieron la puerta para que la administración avanzara con un nuevo conjunto de acciones. Después de meses de debates políticos internos –incluido el escepticismo de Biden–, el Gobierno suavizó su postura sobre Venezuela y comenzó a retirar las sanciones impuestas bajo la administración de Donald Trump.
Según un alto funcionario del Gobierno de EE.UU., los funcionarios se debatían entre acompañar la ayuda con base en las medidas adoptadas por el régimen o “ir a lo grande desde el principio”. Optaron por lo último.
El alto funcionario de la administración lo describió como una “salva inicial”.
“Vimos los pasos hacia las elecciones de 2024 como una última oportunidad para probar algo diferente en Venezuela y tal vez tratar de apoyar un resultado electoral”, dijo el alto funcionario de la administración.
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El jueves, el presidente de Chile, Gabriel Boric, quien se sentó con Biden, dijo que expresó su agradecimiento por el levantamiento de las sanciones a Venezuela.
“El estado de ánimo en la región ha cambiado y hay un mayor deseo de que Venezuela vuelva al redil”, dijo Andrew Selee, presidente del Instituto de Política Migratoria, un grupo de expertos no partidista, y agregó que el flujo de personas que salen de Venezuela se ha vuelto polémico en múltiples países.
La flexibilización de las sanciones a Venezuela depende de la capacidad del país para celebrar elecciones competitivas en 2024, aunque los críticos han puesto en duda que las elecciones puedan ser libres y justas en el clima político represivo del país.
“Estados Unidos da la bienvenida a la firma de un acuerdo de hoja de ruta electoral entre la Plataforma Unitaria y los representantes de Maduro”, dijo el mes pasado un alto funcionario del Tesoro, Brian Nelson, en un comunicado.
Como resultado, el Departamento del Tesoro emitió licencias generales que autorizan transacciones que involucran al sector de petróleo y gas y al sector del oro de Venezuela, además de eliminar la prohibición del comercio secundario.
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Los funcionarios de la administración quieren anticipar falencias y determinar cuáles de ellas se consideran menores y cuáles son más graves y podrían tener consecuencias. Estados Unidos ha presionado para que la Unión Europea y el Centro Carter evalúen cómo se llevan a cabo las elecciones.
“Hemos dejado claro que estos son observadores, lo que significa que deben tener acceso total a todas las mesas de votación para poder hacer su trabajo y realmente evaluar si las elecciones se están llevando a cabo de una manera competitiva e inclusiva”, dijo el alto funcionario estadounidense.
En conjunto, el enfoque de la Casa Blanca equivale a un cambio marcado con respecto a la administración de Trump, que tomó una serie de acciones radicales contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, incluida la emisión de un decreto que prohíbe a los estadounidenses hacer negocios con el Gobierno de Maduro y congelar sus activos y entidades asociadas a menos que esté específicamente exento.
Los funcionarios del Gobierno de Biden no estuvieron de acuerdo con ese enfoque, considerando que las sanciones paralizantes eran perjudiciales para los venezolanos y contribuían a que la gente huyera del país.
“Hubo un momento en el que la protesta popular podría derrocar al régimen de Maduro y las sanciones estaban diseñadas para ayudar a derrocar al Gobierno. Ese ya no es el caso”, dijo Selee. “Los Gobiernos latinoamericanos vuelven a comprometerse con Venezuela y el Gobierno de Estados Unidos está siguiendo eso”.
Muchos países de la región han lidiado con una afluencia de migrantes venezolanos, lo que agota los recursos en toda la región y alimenta las tensiones políticas.
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En la frontera entre Estados Unidos y México, las autoridades fronterizas lidiaron con una ola histórica de llegadas de venezolanos. Durante años, Estados Unidos en general no pudo deportarlos debido a las frías relaciones diplomáticas con Venezuela. Pero el mes pasado, la administración de Biden anunció planes para reinicar la deportación de venezolanos directamente a Venezuela, lo que marcó un avance significativo.
Se trató del más reciente esfuerzo de la administración Biden para imponer consecuencias a quienes cruzan ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México, al tiempo que destaca otras vías legales disponibles para ciertos inmigrantes que quieren migrar y ofrece permisos de trabajo a ciertos venezolanos que ya se encuentran en Estados Unidos.
A cambio, Estados Unidos acordó tomar medidas para la posible reanudación de los vuelos comerciales, un proceso que se espera que lleve meses.
Los funcionarios de Seguridad Nacional de EE.UU. han citado la reanudación de las deportaciones a Venezuela como un factor que ha contribuido a una reciente caída en los cruces fronterizos.
En una audiencia del panel del Senado el martes, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo a los legisladores: “Nuestra capacidad de repatriar a personas a sus países de origen cuando no califican para recibir ayuda según nuestras leyes es de vital importancia. Y lo que hemos podido lograr con respecto a Venezuela es un ejemplo muy poderoso de eso”.
Fuente: Artículo de CNN, por Priscilla Álvarez. Si desea leer la publicación original puede hacerlo en el siguiente enlace: https://cnnespanol.cnn.com/2023/11/03/estados-unidos-estrategia-venezuela-migracion-trax/