Así se mueve el electorado latino en el ajedrez electoral de Estados Unidos. Foto: Cortesía.
La contienda electoral entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump sigue empatada, revela la última encuesta nacional de CNN antes de las elecciones, publicada este viernes. La encuesta, realizada por SSRS, revela un 47% de apoyo para Harris y otro tanto para Trump, con la votación anticipada en curso y un desenfrenado proceso de campaña de los dos candidatos.
El mismo sondeo refleja la ventaja que los demócratas han mantenido durante décadas entre los hispanos (el 15% del electorado), con 54% para Harris y 37% para Trump, es decir, 17 puntos más para Harris, aunque con un margen de error de 9,9%, lo que refleja lo ajustado que está el proceso.
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Lusi Miranda, activista y estratega demócrata que preside el Latino Victory Fund, ha seguido el voto hispano durante décadas. Una reciente encuesta de su organización con la Hispanic Federation, una organización sin ánimo lucro de activismo en favor de los hispanos, mostró un alto interés de los votantes elegibles por participar en estas elecciones: un 71% de quienes participaron en el sondeo. En entrevista con María Santana, corresponsal de CNN en Nueva York, Miranda aseguró que esta elección marcará un cambio en la forma en que los partidos buscan el voto latino.
“Lo más importante que ha pasado en esta elección es que hemos empezado a entender, y los no latinos —porque nosotros lo sabemos muy bien— han empezado a entender que no nos pueden tirar en la misma olla, que cada uno de nosotros tiene un sabor y que hay que saber de qué manera van a mover la ficha para mover los hombres versus las mujeres, los jóvenes y los más viejos, los mexicanos y los boricuas, y esa diferenciación es importante sobre quien va a ganar las elecciones”, dijo Miranda.
Pero para entender cómo el voto hispano puede ser definitivo en el ajedrez electoral estadounidense, podemos regresar a las elecciones de 2020 y a una llamada que Donald Trump hizo el 2 de enero de 2021 a Brad Raffensperger, secretario de Estado y encargado de las elecciones del estado de Georgia.
“Lo único que quiero es esto, solo quiero encontrar 11.780 votos, que es uno más de los que tengo, porque ganamos el estado”. El entonces presidente de EE.UU. perdió ese estado por 11.779 votos y presionaba a los funcionarios para que hicieran aparecer los votos que le faltaban para revertir el resultado, pero no pudo. Al final, no solo perdió Georgia, si no la elección nacional frente al actual presidente Joe Biden, aunque casi cuatro años después aún no lo reconozca. Ese momento demuestra lo complejo de sistema electoral estadounidense y cómo, para ganar, las campañas intentan asegurar cierto tipo de elector en cada estado, como en una partida de ajedrez. Ahí cobra relevancia el voto hispano, que para 2024 representará casi el 15% del electorado estadounidense, con más de 36 millones de personas elegibles para votar, según el Centro de Investigaciones Pew.
La derrota de Trump en 2020 no solo se decidió en Georgia. Perdió Arizona por 10.457 votos, Nevada por 33.596 y Pensilvania por 81.660. Recordemos, en Estados Unidos quien llega a 270 votos en el Colegio Electoral —sumando los votos que corresponden a cada uno de los 50 estados por población—, gana la presidencia, en 2020 Joe Biden obtuvo 306 votos del Colegio Electoral contra 232 para Trump.
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Ese el escenario para entender la importancia del voto hispano. Veamos más cifras: en 2024, según el centro Pew, 36,2 millones de latinos serán elegibles para votar, un aumento de 12% con respecto a las elecciones de 2020, pero la gran mayoría vive en estados como California, que dominan los demócratas, o Texas que dominan los republicanos, por eso los latinos que viven en estados de tendencia electoral incierta como Arizona, Nevada o Pensilvania pueden definir la presidencia.
Por ejemplo, en Arizona Biden ganó en 2020 por 10.457 votos. Según un estudio del Instituto de Política de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) este año hay cerca de 1,3 millones de hispanos elegibles para votar en Arizona. En 2020, la participación de los votantes hispanos a nivel nacional fue de 53,7% entre los habilitados a votar, según un estudio del profesor Laird Bergad de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY).
En una elección estrecha, los latinos pueden definir el ganador de un estado clave. Aunque no sean el grupo de electores dominante, pueden hipotéticamente ser los 10.470 votos que le dieron la victoria a Biden.
En Nevada, Trump perdió por 33.596 votos. Para 2024 se calcula que habrá 450.000 potenciales votantes hispanos según un estudio de la UCLA, es decir que si se mantiene el promedio nacional unos 243.000 votarían en esta elección. Allí también los votantes hispanos pueden ser quienes definen la contienda, inclinando la balanza hacía una de las campañas, teniendo en cuenta que en 2020 el 56% de voto en ese estado fue para Biden y 37% para Trump, según un estudio de Americas Society/Council of the Americas (AS-COA).
Volvamos a 2020. Biden derrotó a Trump a nivel nacional en el voto popular por 7.060.347 votos, pero su victoria se consolidó en el Colegio Electoral por una diferencia de 74 votos. Aunque los hispanos no definan el voto popular a nivel nacional, sí tienen la presencia suficiente en los estados de tendencia electoral incierta para definir quién llega a la presidencia. La duda está en si las campañas de Harris y Trump hicieron lo suficiente para conquistar su respaldo; es decir, si movieron bien las fichas en esa partida de ajedrez.
Fuente: Artículo de CNN, por Juan Carlos López. Si desea leer la publicación original puede hacerlo en el siguiente enlace: