La inmigración venezolana ha sido tema de debate en la campaña electoral en EE.UU. y el resultado de este 5 de noviembre podría determinar el enfoque que la Casa Blanca dé en materia de control migratorio y deportaciones. Foto: Cortesía.
La cuestionada reelección de Nicolás Maduro, avalada por las autoridades electorales y judiciales del país pero no reconocida por opositores y varios Gobiernos de la región, suscita la posibilidad de que pueda ocurrir una nueva ola migratoria de venezolanos. La inmigración venezolana ha sido tema de debate en la campaña electoral en EE.UU. y el resultado de este 5 de noviembre podría determinar el enfoque que la Casa Blanca dé en materia de control migratorio y deportaciones.
El presidente Nicolás Maduro no anticipó un ganador de los comicios de este 5 de noviembre, pero afirmó que el próximo presidente o presidenta de Estados Unidos deberá tener una buena relación con el gobierno venezolano.
“El que llegue a la Casa Blanca, sea Trump, o sea Kamala, tendrá en Venezuela un gobierno revolucionario, un gobierno bolivariano, un pueblo bolivariano con lo cual tendrá que hablar, dialogar, entenderse por las buenas, siempre por las buenas”, dijo Maduro este lunes en su programa semanal que se transmite en la televisora estatal VTV.
El mandatario afirmó que, sin importar el ganador, lo que le conviene a Venezuela y a América Latina es tener su propio camino y no depender de nadie.
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Pero en el debate sobre el resultado de las elecciones está la diáspora masiva de venezolanos, un tema que ya ha estado presente en el debate electoral de Estados Unidos, y un nuevo mandato de Maduro podría aumentar el flujo de migrantes por la peligrosa ruta del tapón del Darién hacia Estados Unidos. Una encuesta de ORC Consultores revela que más del 18% de los venezolanos consideraba emigrar si Maduro era reelegido, y eso es una preocupación sobre todo para los demócratas en EE.UU., debido al impacto que puede tener eso en las elecciones estadounidenses.
En 2023, los venezolanos fueron el segundo grupo más grande de migrantes detenidos en la frontera de EE.UU., con más de 260.000 encuentros con las autoridades inmigratorias de ese país, un incremento significativo desde 2020.
Mientras la campaña de Kamala Harris enfrentó el desafío inmigratorio por los ataques de Donald Trump, el Gobierno de Joe Biden instó a Venezuela a publicar datos electorales.
Lo que les preocupa a los demócratas
Expertos consultados por CNN indican que si hay una nueva ola inmigratoria de venezolanos, sería un factor crucial para las elecciones en EE.UU., sobre todo para los demócratas, que enfrentan la retórica antinmigratoria del expresidente y candidato republicano, Donald Trump, quien ha vinculado con falsedades un supuesto aumento del crimen con la entrada de migrantes de ese país.
Las cifras de la migración venezolana son apabullantes: casi 8 millones de personas han abandonado Venezuela desde 2014, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Muchos venezolanos han ido a España, Perú y Brasil y un número cada vez mayor ha emprendido el peligroso viaje a través del tapón del Darién, entre Colombia y Panamá, para dirigirse hacia el norte, hacia Estados Unidos.
El sondeo reciente de la encuestadora venezolana ORC Consultores muestra que más del 18% de los encuestados consideraría abandonar el país, si Maduro fuera reelegido.
Los venezolanos fueron el segundo grupo más grande de migrantes detenidos por funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos en 2023, con un total de más de 260.000 encuentros, cinco veces más que en 2020, cuando hubo menos de 50.000.
Will Freeman, investigador de Estudios sobre América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores, le dijo a CNN que una situación así “podría ser una muy mala sorpresa en octubre para los demócratas”, antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
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La gestión de la frontera entre Estados Unidos y México ha sido una responsabilidad política para el presidente demócrata Joe Biden y Trump la ha convertido en una piedra angular de su campaña.
Trump ha dicho varias veces, que el crimen en Venezuela se redujo en más del 70% y que esto obedece a que el país envía pandilleros hacia el norte del continente. El porcentaje dicho por Trump no concuerda ni con las cifras oficiales ni con los datos reportados por organizaciones sin fines de lucro que registran hechos delictivos en la nación sudamericana.
No hay registro público de reporte oficial o declaración de funcionario venezolano alguno con esa cifra. La relación que hace el exmandatario entre el crimen en ese país y la migración a EE.UU. carece de base, como lo ha reportado varias veces CNN.
Harris fue el blanco de las críticas de Trump durante la campaña, quien afirmó falsamente que la vicepresidenta había sido designada como la “zar fronteriza” de Biden.
El equipo de campaña de Kamala Harris se ha visto obligado a lidiar con una tarea que, según dicen las fuentes de CNN, mostró un éxito temprano en Centroamérica como resultado de una importante inversión del sector privado, pero que se ha combinado con los problemas migratorios más amplios del Gobierno.
Tanto Harris como Biden citaron recientemente el acuerdo bipartidista sobre inmigración –hundido en el Senado– para argumentar que los republicanos no se toman en serio la seguridad fronteriza.
Harris trabajó al principio del periodo presidencial de Biden con los temas inmigratorios. En marzo de 2021, durante una afluencia de niños migrantes no acompañados, Biden le encargó a la vicepresidenta supervisar los esfuerzos diplomáticos en Centroamérica. Aunque Harris se centró en soluciones a largo plazo, el Departamento de Seguridad Nacional siguió siendo responsable de supervisar la seguridad fronteriza.
A medida que el equipo de la vicepresidenta comenzó a elaborar estrategias, el problema que enfrentaba la administración se hizo más grande. Siete meses después, eran los inmigrantes que llegaban de lugares aún más lejanos de Sudamérica —fuera del ámbito de acción asignado a Harris— quienes estaban abrumando al Gobierno de Biden.
Los cruces fronterizos aumentaron y los republicanos apodaron a la vicepresidenta Kamala Harris como la “zar de la frontera”, un título que la Casa Blanca rechazó, argumentando que su enfoque estaba en la región y no en la seguridad fronteriza. En 2022, el gobernador de Texas, Greg Abbott, comenzó a transportar en autobús a los inmigrantes a la residencia de Harris, en Washington. A finales de julio, el representante demócrata Pete Aguilar calificó de “risibles y poco serios” los esfuerzos republicanos por retratar a Harris de esa manera, aclarando que su papel era participar en un debate multilateral con países latinoamericanos. Harris ha hablado ocasionalmente de sus esfuerzos mientras la situación en la frontera se convirtió en una vulnerabilidad política para Biden, y los republicanos probablemente usarán sus comentarios iniciales en los próximos meses.
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¿Qué pasa si Trump gana?
El acuerdo de Maduro, en 2023, de celebrar unas elecciones libres y justas se produjo solo después de que Estados Unidos levantara parcialmente las sanciones petroleras, y solo después de que se reanudaran en octubre pasado los vuelos de repatriación de inmigrantes indocumentados de vuelta a Caracas.
En la campaña, Washington apoyó abiertamente al candidato opositor Edmundo González, indicando que una transición a la democracia en Venezuela podría ayudar a las negociaciones en torno a la política energética y la migración, además de que ayudaría a apartar a Caracas de sus alianzas ideológicas con países como China, Rusia e Irán.
Laura Dib, experta en Venezuela de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, dijo a CNN que si los demócratas siguen en el poder, “las negociaciones [bilaterales] continuarán”.
“Ahora bien, si hay una administración Trump, lo más probable es que se limite a hacer negocios… sin tener mucho en cuenta lo que ocurre en términos de democracia y derechos humanos”.
En tanto, Trump cerró este lunes su tercera campaña presidencial con la misma retórica antiinmigrante que utilizó para lanzar su primera candidatura a la Casa Blanca. Describió una nación en declive, invadida por el crimen de migrantes, tal como lo hizo en su primer discurso inaugural, cuando se comprometió a detener la “carnicería americana.”
El expresidente dijo que apuntaría a las pandillas migrantes, prohibiría las ciudades santuario y buscaría la pena de muerte para cualquier migrante que mate a un ciudadano estadounidense. Durante su campaña también había prometido que expulsaría a millones de inmigrantes indocumentados de EE.UU. si es reelegido.
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Lo que dice EE.UU. sobre las elecciones de Venezuela
Estados Unidos, la ONU y varios otros países e instituciones han pedido al Consejo Nacional Electoral de Venezuela que haga públicos los resultados de las elecciones.
“Tenemos serias preocupaciones de que el resultado anunciado no refleje la voluntad ni los votos del pueblo venezolano. Es fundamental que cada voto se cuente de manera justa y transparente, que los funcionarios electorales compartan información de inmediato con la oposición y observadores independientes sin demora”, dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
Dos altos funcionarios de la administración Biden hablaron con los medios el lunes y reiteraron los llamados al Gobierno de Venezuela para que publique “inmediatamente” datos específicos sobre su elección presidencial.
Los funcionarios declinaron dar detalles sobre las acciones que Estados Unidos o la comunidad internacional estarían dispuestos a tomar si las autoridades venezolanas no divulgan los datos o si se determina que los resultados son fraudulentos, pero no descartaron sanciones.
La ONU y el Centro Carter, que fueron los dos únicos observadores electorales independientes autorizados a entrar en Venezuela, también pidieron una publicación oportuna de los resultados.
Fuente: Artículo de CNN Español. Si desea leer la publicación original puede hacerlo en el siguiente enlace: https://cnnespanol.cnn.com/2024/11/05/situacion-venezuela-elecciones-eeuu-orix